Propuesta para cuidar la naturaleza sin intervenirla y a partir de ella imprimir dinero para quienes más lo necesitan y ser distribuido mediante un blockchain
Parto de la premisa de que podrían existir bóvedas naturales intocables: montañas cuyo contenido de onzas de oro y/u otros metales, cuya existencia ha sido probada con tecnología, no se toque ni siquiera con el pétalo de una rosa, pero cuya riqueza pueda viajar directamente a los bolsillos de quienes más lo necesitan, sin mayor burocracia.
Por Bruno Sommer
Las altas cumbres podrían seguir albergando glaciares, y ríos cristalinos continuarían descendiendo por quebradas hasta los valles, sin que la naturaleza se contamine por la actividad humana asociada a la minería.
Si la riqueza en su origen está fuera del alcance de los administradores del gran capital y de la sociedad bancaria, si se encuentra en la naturaleza, en el trabajo de cada persona, ¿por qué el afán de encerrar esa riqueza y trasladar su valor a otro lugar que no sea el beneficio de las mismas personas y la Tierra?
Un nuevo descubrimiento de una montaña que se sabe contiene una cantidad «x» de toneladas de oro, o un gigantesco yacimiento petrolero antártico, no debería ser intervenido con extractivismo material, sino que su riqueza debería ser tokenizada.
Debe crearse dinero, no como deuda, sino con el respaldo de las reservas naturales probadas existentes, representado en dinero emitido por el Banco Central del país que posea el tesoro.
Para evitar conflictos entre antiguos imperios y sus capitalistas, ciertos elementos de la tabla periódica deberían ser declarados patrimonio de la humanidad, públicos y no privatizables.
A partir de esos elementos, puestos en común, debe construirse una economía solidaria para la prosperidad, que frene al capitalismo salvaje y depredador del medioambiente y de la humanidad.
Ese dinero debería ayudar primero a la población local, pero también debería apoyar a todos aquellos que lo necesiten y que deseen emprender, crear y contribuir a un mundo mejor.
Eco-socialismo, blockchain y acción directa para la socialización del capital.
Por Bruno Sommer
Fundador El Ciudadano